miércoles, 2 de enero de 2013

Recalled to life



Sábado, 29 de diciembre de 2012.

De vuelta de Navidad, nos pasamos por el puerto deportivo, y según nos íbamos acercando nos pareció ver un mástil partido. "¿Cómo es posible, en pleno puerto?...¿¡o vendrá de alta mar!?". Pero, horror: al fijarnos mejor, vemos un finger desencajado, y otro palo caído. Y otro...¡y otro más!. ¿Qué ha pasado aquí, qué es todo este destrozo? Horror aún mayor: y nuestro barco...¿¡estará entero!?

Entonces vimos una chapa azul del tejado del náutico, retorcida contra una de las lanchas de pasaje, y comprendimos:
tres cuartas partes de la cubierta metálica de la nave de los clubes náuticos volaron por efecto del viento, que está soplando S-SW, y en su vuelo arrasó todo cuanto mástil encontró a su paso. Las chapas barrieron la dársena entera, desde el muelle del náutico, hasta el muelle de la terminal de pasaje, que está enfrente.

El periódico habló al día siguiente de tormenta ciclónica, de tornado F1, de vientos de 150Km/h concentrados en 1 minuto. Lo que sea. El caso es que el puerto parecía un bosque recién talado. Amasijo de chapas, mástiles y jarcias. Se ve que las primeras planchas fueron abriendo camino a las siguientes en su vuelo, que encontraron nuevos palos contra los que estrellarse. Se observan todos rotos al nivel de las crucetas; imagino que una vez rotos o debilitados los obenques, el palo quedó a expensas de los obenques bajos, que arraigan al nivel de las crucetas, y por ahí, al perder el mástil atirantamiento, flexión máxima y...craaack.

Los pantalanes 4 y 5 arrasados, de un extremo al otro. En el pantalán 4, incluso el barco atracado en la cabecera -el que estaba más a sotavento- tiene el palo en el agua, colgado del stay. Quedaron en pie, aislados, uno o dos mástiles aquí y allá, que por puro azar se han librado de la tala. Dantesco, decía uno. Pues sí, paisaje desolador. Ganas de llorar. Y ganas de ayudar, a lo que sea, a quien sea, a sacar jarcias enteras del agua y arrancharlas en cubierta.

¿¡Y Wendy!? Pues resulta que hace dos meses nos cambiaron del pantalán 4 al pantalán 3. Los pantalanes 1, 2, 3 y 6 se han librado. O sea: que nos hemos librado, por pura casualidad. Lo que se suele decir "volver a nacer". O, en español más castizo, si se me permite el desahogo: tener una flor en el culo. La sensación de que nos ha tocado la lotería de Navidad. De que salió cara, pero bien podía haber salido cruz. Y la conciencia de que este barquito es muy querido. Así suele ser con las cosas más preciadas, cuando se las ve amenazadas.

Dársena del puerto deportivo. Cangas do Morrazo.








Cabecera del pantalán 4

Devuelta a la vida
(al fondo, en el centro de la imagen)

Pasan los días y sigo con esa sensación de tristeza por mis vecinos y por los de Wendy. Y de inmensa fortuna porque ella está bien. Como está demostrado que no sabe uno cuándo va a poder disfrutar de su barco entero por última vez, el domingo 30 me fui a visitar el Bavaria 36 de  mi amigo Henrik, que atraca en Marina Davila, al otro lado de la ría. Imagino que habrá pasado el temporal mucho mejor que nosotros, porque soplando S les coge más resguardados. Pero es una buena excusa para navegar un poco por la ría. Le vacío el deshumidificador, reviso amarras, enciendo el motor media horita. Y mientras tanto hago algún trabajo en el mío. Están lindos los dos, uno abarloado al otro; qué pequeño el mío, parece un cachorro.

Si todo va bien, pasaremos la noche de fin de año abordo. Esto es vida.







Terminal de contenedores de Guixar, Vigo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario