domingo, 19 de mayo de 2013

Il principio della saggezza




Volitivo: en italiano, el que desea y ansía con avidez, y normalmente consigue lo que se propone a fuerza de empeño.

Maea: Sun Fast 32 propiedad de mi socio de aventuras náuticas Giuseppe Fortuna, con puerto base en Ancona (Adriático italiano), para el que tenemos grandes proyectos. (www.maeasailig.org)

Regata internacional Pesaro-Rovigno (“Ruta del Trabacolli”): la flota croata cruza de Rovigno a Pesaro, donde se encuentra y confraterniza con la italiana, anfitriona; las dos flotas cruzan juntas de Pesaro a  Rovigno, donde la croata actúa de anfitriona; la flota italiana regresa a Pesaro. Así, cada barco, italiano o croata, hace dos veces la travesía, una vez en cada sentido. Gana el barco que
 hace el mejor tiempo en ese doble cruce del Adriático, computado mediante un sencillo sistema de puntuación, sin rating, por el cual la flota (italiana o croata) que aporta más barcos sale ligeramente beneficiada, con lo que se prima la participación. (www.pesaro-rovigno.it)

Lega Navale Italiana (LNI): asociación cultural-deportiva para la difusión de la práctica de la navegación y el amor por el mar, con sede en la mayoría de puertos deportivos de Italia. Organizadora de la regata Pesaro-Rovigno desde hace 29 años. (www.leganavale.it)

Le fabe: en Italia, postre de después de Semana Santa; se sirve entera, en su vaina, se pela y se come cruda; si se quiere, acompañada de queso. Curioso.

Rovigno: pequeña ciudad croata en la costa Oeste de la península de Istria, antiguamente perteneciente a Venecia. Lo que le da el encanto es la orografía (con forma de itsmo y rodeada de islas e islotes), el campanile en lo alto del pueblo, los callejones arcados y escalonados, el agua azul y verde cristalina, la carretera que se aleja del pueblo entre pinares, la luz mediterránea, los ateliers colina arriba, la ropa tendida a secar de fachada a fachada, y los gatos perezosos en los postigos. 

Pilotina: en italiano coloquial, motora pequeña, muy popularizada, para navegación diurna no profesional.

Fortuna y de Castro en la Pesaro-Rovigno 2013: encalmadas exasperantes de varias horas, lluvia, lluvia, y más lluvia. Niebla. Plataformas petrolíferas: Ivana, Basil, y compañía, dos destellos cortos y uno largo, cada quince segundos, acompañados de sirena con la misma secuencia (no confundir con el faro de Pula).

De 80 barcos que componían las dos flotas, sólo la mitad llegaron en regata; el resto arrivaron fuera del tiempo límite, que es de 25 horas para cada travesía. A las pocas horas de la salida de Pesaro a Rovigno,  la encalmada es tal que empiezan a oírse las primeras comunicaciones por VHF de barcos retirados que encienden motor y ponen rumbo directo a Rovigno. Nos conjuramos para no caer en esa tentación: lo intentaremos hasta la extenuación, y si no llegamos en tiempo, cruzaremos igualmente la línea de meta, si es que sigue allí, así sea con una semana entera de retraso, rediós. La noche entera en vela, probando hasta lo más disparatado para que el barco no se pare. El viento que viene, y allá que vamos, colgados del gennaker; pero se vuelve a ir, y vuelve otra vez, y Rovigno que se divisa allá a lo lejos, pero aún faltan millas y vamos muy lentos…Así que cuando el comitato nos pita la llegada, el crono marca 24 horas y 59 minutos, ni más ni menos. Ay, si se premiase la precisión, en este duro arte de ser los últimos…

Ya en puerto, se organiza una regata costera por ese laberinto que forman el pueblo, el puerto y las islas, para deleite del público en tierra que casi puede tocar los barcos en el embudo que se forma frente al espigón. No faltan situaciones límite con gritos de "¡Aqua!", seguidos del ruido seco y desagradable de casco chocando contra casco.

Entre singladura y singladura,  mantenimiento del barco, que poco a poco vamos conociendo mejor, y con el que su patrón está completamente compenetrado. Me cuenta que quedamos de segundos en nuestra clase. Desde luego no habrá sido por rápidos, si no por la cabezonería de no retirarnos en ninguna de las mangas. Aunque como dice mi cuñado Paulo: “Para ti ter ficado em primeiro ou em ultimo seria o mesmo: o que tu gostas mesmo é de navegar!".

Sfogliatelle: pastel típico napolitano, a base de masa de  hojaldre rellena de ricotta, con toques de canela; reminiscencias al pastel de natas portugués. Extraordinario el que sirven con el desayuno al invitado, al que tratan como a uno más de la familia, en casa de los Fortuna, en Torre del Greco, al pie del Vesubio. Habrá que volver.

Il timore delle roture é il principio della saggezza
(Corso di Navigazione , Les Glénans)


En el discurso de estos viajes no dormía yo, porque tenía afición a la navegación y siempre practicaba con los pilotos, viéndoles cartear y haciéndome capaz de las tierras que andábamos, puertos y cabos, marcándolas, que después me sirvió para hacer un derrotero de todo el Levante; Morea y Natolia, y Caramania, y Suria […] y de Nápoles toda la Calabria hasta llegar a la Pulla y Golfo de Venecia.
(Vida de este capitán, Alonso de Contreras).

































 








 










1 comentario:

  1. Pablo, me encanta leerte porque me doy cuenta que cada uno estamos enfermos a nuestra manera!!
    bonitas fotos!!!

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