martes, 14 de abril de 2015

Floriu Abril



Era um Abril de amigo Abril de trigo
Abril de trevo e trégua e vinho e húmus
Abril de novos ritmos novos rumos…
(Manuel Alegre, Abril de Abril)




Puerto de Cangas

Ensenada da Xunqueira

Plaza de Abastos






*     *     *


Llevaba días viendo este cormorán espléndido, posado majestuoso sobre el poste geodésico de la playa de Niño do Corvo. Tan grande, tan impasible, que hasta parecía irreal.

Nuestro paseo coincidía con horas de pleamar, así que el agua cubría la pasarela que da acceso desde el camino por el que bajo al mar con mi hija, hasta ese otro rincón del “nido del cuervo” (del “cuervo marino”, se supone). Qué apropiado que un cormorán se haya hecho dueño del sitio, me dije. Varias veces lo vi, sin poder acercarnos.

Ayer salimos a pasear en hora distinta, temprana, playas desiertas, pero ya soleadas. Un privilegio. La marea más baja, pudimos atravesar.






El animal seguía allí, en idéntica pose a las veces anteriores. Leñe, esto no puede ser: que sea un individuo de especial gallardía, casi provocadora, vale; ¿pero cómo es que siempre mira en la misma dirección, sin importarle de dónde sople el viento…? Y tan grande… Y nunca despliega las alas a secar… (¿¡ó será de los que sabe “nadar y guardar la ropa”, en estos tiempos!?)


Cuando estuvimos al pie del poste y del animal (pero no antes), “el misterio del cormorán gigante de la playa del Niño do Corvo” quedó, por fin, desvelado… 

No es un animal: es una estatua. Ejecutada en armazón de acero y recubrimiento de poliéster por Balbino, jubilado de la zona, que también paseaba a esas horas por el lugar, y que recibió con gran regocijo saber de nuestro engaño durante todos esos días de pleamar. Cuando me contó cómo se subió al poste, con una escalera telescópica de tres tramos, con la estatua bajo el brazo, casi me mareo del vértigo. Habrá unos 10 metros hasta la arena. Debió de ser como subir a trabajar a la punta del mástil con una escalera apoyada en la cubierta del barco. No lo hagan en sus casas, es muy peligroso.


El animal impasible tiene aun un letrero al pie que pretende aleccionar al visitante con tres frases tan sencillas como certeras, con cierto contenido politizante, creo adivinar, ya en la última (pero igualmente equilibrada): “Respeta la fauna/Playas limpias/Accesos decentes”. Pues sí, hágase.




Areal do Niño do Corvo

Nos volvimos a casa pletóricos, como quien viene de participar en una aventura de Los Cinco. 

Hay días tan agradables, que da pena que se acaben.



2 comentarios:

  1. Arenales de rocas suaves, barquitas de colores, mar cambiante lleno de luz....¿Cómo es nunca vi el cormorán? Porque los vi secándose al sol, casi siempre que bajé a caminar.
    Bajaré de nuevo con ánimo de aventura y descubrimiento....

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  2. Aquí un notas que se ha emocionado un poco al leer la entrada...

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